En el nombre del nombre
Lo mejor que vi en el año sobre cine deportivo después de Creed es, para variar, también sobre boxeo. Y digo para variar porque el boxeo tiene, en este arte, la ventaja innegable de ser el deporte más cinematográfico de todos, ya sea desde lo estético hasta esa épica individual (o doble, si se cuenta al rival) que subyace en cada combate, o en la vida de cada luchador. Una pelea de boxeo son siempre dos películas que se enfrentan.
Maravilla, la Película es apenas un par de categorías más liviana que la de Stallone en emoción, primero porque no es una obra maestra como lo es esa Rocky 7.1, pero además porque no es una ficción y nos falta la banda sonora y la nostalgia (brillantemente usada, no como en otras series de moda y demodé que prefiero no nombrar). Pero es un gran documental sobre un boxeador fenomenal al que no sólo le faltaba el mango -como a todos- sino al que nadie le quería pelear porque era bueno -como pocos-. Eso contribuyó a que no tuviera “cartel” (léase ingresos potenciales) y que toda su vida fuera de punto, boxeando no con paquetes -derecho y estigma de los verdaderos grandes-, sino con campeones, ex campeones o los mejores rankeados, un poco para que “el negocio” (Sulaimán es un gran villano real) se sacara de encima a ese negrito sin nombre. Cosa que casi logran: esto explica, en gran parte, porque conocimos a este fenómeno hacia la mitad de sus 30.
Fuera de la pseudo autoayuda que el género/deporte habilita merecidamente, y que Martínez ya ha desplegado en innumerables entrevistas y hasta en una autobiografía, la película sabe que no es libro y deja hablar poco a Maravilla, logrando que las imágenes digan más o menos lo mismo pero mejor, y ahí es donde se convierte en un cine mejor.
Maravilla, la Película es apenas un par de categorías más liviana que Creed en emoción.
Y es a puro cine, con un acertado montaje que va y vuelve en el tiempo y en el espacio, entre Las Vegas y Quilmes, que nos enteramos cómo Maravilla fue bajando a todos esos rivales-escollos como en un videojuego, en una verdadera carrera contra su edad y sus lesiones, hasta convertirse en el 3er mejor boxeador libra por libra del mundo detrás de unos tales Mayweather y Pacquaio. Y especialmente cómo, cuando fue campeón, HBO (sí, una cadena de TV) le robó absurdamente el título y se lo dio a Chávez Jr., un nene de papá de fuerte pegada y bastante julepe, que le gambeteó la pelea obligada –no sólo moral sino legalmente- durante más de un año, especulando con la edad (el mexicano tenía 11 años menos que Martínez) para aumentar sus chances, mientras un Maravilla de 37 años bailaba en lo de Tinelli o contaba chistes en Duro de Domar para ganar “puntos de rating” argentinos y así poder negociar la pelea que le debían. Al mismo tiempo, claro, que hacía lo que hizo siempre: entrenar como la puta madre a ese físico no privilegiado, sino trabajado hasta el hartazgo porque no podía dar ventaja.
Todo esto no es ninguna “impresión” o postura buscada por el film: lo dicen 3 o 4 de los mejores especialistas de box del mundo (como Thomas Hauser o Larry Merchant), Tyson y uno de los mejores personajes de la película y de la vida de Martínez, el encantador Lou Dibella, el mecenas que se la jugó por un boxeador con el que nadie quería arriesgar.
La película se concentra en Chávez como némesis y en esa última batalla, que a la vez son cuatro (rival, título, edad y el merecido nombre), y gracias a Dios a este último se le ocurrió –volviendo a Rocky y a Creed- guionar así aquel desesperante round 12, sin el cual el final de este documental no hubiera sido lo mismo.
Narrativamente la cosa llega hasta ahí y resulta perfecto, aunque fuera de campo no deje de ser un dato menor que su siguiente rival no haya sido, una vez más, un merecido muñeco, sino un pibe inglés (record 51-2) que debió ganarle por puntos en Buenos Aires, y que su última pelea haya sido frente a una leyenda como Cotto, a quien le aguantó 10 rounds sin rodillas, que para un boxeador es lo mismo que pelear sin manos. Y es que en este deporte fabuloso, más que en ningún otro, a veces perder es ganar. Si lo sabrán Rocky Balboa o Adonis Creed…
Título Original: Maravilla, la Película // Dirección: Juan Pablo Cadaveira // Reparto: - // Guión: Juan Pablo Cadaveira // Origen: Argentina (2013) // Duración: 80 minutos // Género: Documental // Fecha de Estreno en ARG: 29 de Mayo de 2014