El Rey Arturo: La Leyenda de la Espada

¿Qué decir de Guy Ritchie? ¿Cómo se lo puede definir? Quizás como el director cuya carrera comenzó con dos peliculones (Lock, Stock and Two Smoking Barrels y Snatch), y luego fue en declive, quizás repuntando un poco con RocknRolla, pero volviendo a caer con las terribles adaptaciones de Sherlock Holmes, de las cuales ni me digne a ver la segunda parte. O podríamos hablar de una persona con un estilo tan característico que hoy en día comienza a aburrir con sus ya tan clásicas mañas. No puedo dejar de hacer esas preguntas: ¿Quién es Guy Ritchie? ¿Por qué sigue haciendo películas?

En la actualidad, hay directores para todos los gustos, y cada uno intenta dejar su impronta en sus películas, marcar una estética propia. Ritchie, no es la excepción, con sus escenas de peleas dotadas de Slow Motion, personajes matones y Mafia Boys, estructura narrativa con varias idas y vueltas; son algunas de las cosas que caracterizan a este director. Pero Rey Arturo: La Leyenda de la Espada (King Arthur: Legend of the Sword) es un claro ejemplo de cuando alguien se queda sin ideas y lo único que hace es repetir fórmulas que resultaron en un lejano pasado.

El problema con este director es que últimamente utiliza las formas a las que está acostumbrado, pero sin servir a la narración del film; es decir, no hace más que mostrarnos las cosas “a su estilo”, pero ¿Es necesario hacerlo así? ¿La película lo pide? Rey Arturo es un seguidilla de elementos narrativos puestos al divino botón, y que lo lleva a una a volverse a preguntar ¿Por qué sigue este tipo haciendo películas si se nota que ya no tiene ideas? (Perdón por la insistencia, pero mi experiencia viendo el film, fue un devenir constante de estas preguntas retoricas).

En Rey Arturo: La Leyenda de la Espada, Guy Ritchie, se queda sin ideas.

El guion, de por sí, no es muy bueno que digamos, se omiten varios detalles que se notan a leguas que podrían haber sido mejor explicados para la narración si tan solo se hubieran evitado escenas que solo son un gran cartel de neón que dicen “MIRENME SOY GUY RITCHIE”.

Y no me hagan empezar con esas escenas de peleas… Es decir, sé que a este muchacho ingles le gusta el espectáculo, pero en esta película, cruza totalmente la línea entre lo épico y lo absurdo, quedando del lado de lo segundo obviamente. Literalmente, toda la genialidad que demostró en sus primeros films a la hora de realizar escenas de lucha, queda opacada por el contraste que generan estas verborrágicas luchas creadas por imágenes generadas por computadora en las que no se entiende nada.

La única manera en la que esta película, pueda entretenerlos es solo si son fanáticos de la violencia sin sentido, los personajes sin química entre ellos, las situaciones rebuscadas, y el CGI insolente hacia el espectador. A menos que cumplan con estas características, estoy seguro de que encontraran a Rey Arturo: La Leyenda de la Espada tan mala como la encuentro yo.