El terror y ciencia ficción ha sabido entender como nadie que una invasión debe iniciarse en la pequeña escala. Primero el barrio, después la conquista del mundo. Las películas sobre pueblos que sirven como terreno de prueba para la destrucción de la humanidad han resultado variadas y divertidas, muchas de las cuales respiran lo que se llama cine de segunda, el famoso cine clase B.
Y entre descerebraciones, baños de sangre y matanzas, a veces se deslizan algunas ideas interesantes: el terror a lo extraño invadiendo el mundo privado, el deterioro de los núcleos sociales, y el cuestionamiento de las instituciones que dicen proteger a la gente. Porque después de todo, nada es tan simple como se ve.
Aquí la segunda parte de la enumeración caprichosa que confirma que el apocalipsis suele venir en envase chico:
7. The World’s End (The World’s End, de Edgar Wright)
El final de la trilogía apocalíptica del Cornetto (helado que comen sus personajes en Shaun of the Dead, Hot Fuzz y esta última), con ese trinomio de genialidad conformado por Edgar Wright, Simon Pegg y Nick Frost, pone en juego a un grupo de amigos que vuelven a su pueblo natal para terminar algo inconcluso: llegar un pub llamado el fin del mundo (pasando por 11 bares antes). ¿Qué puede ser más difícil que eso? Que haya una invasión intergaláctica en el medio. Cosas que pasan.
6. The Return of the Living Dead (The Return of the Living Dead, de Dan O’Bannon)
¡Qué haríamos sin los militares y sus experimentos macabros! Un ecléctico grupo de jóvenes salen en busca de un amigo y se encuentran que algo no está bien. Un baboso muerto vivo los empieza perseguir en medio de un depósito de una pequeña ciudad (adonde los militares lo enviaron por error hace varios años). Y bueno, adonde se puede escapar uno si no es a una morgue en un cementerio. Una banda de sonido rockera y muertos que reclaman cerebros conforman una divertidísima relectura del género zombie. Belleza de Dan O’Bannon.
5. Gremlins (Gremlins, de Joe Dante)
El genio de Joe Dante (y del Rey Midas Steven Spielberg) entregó una de las mejores películas navideñas de todos los tiempos. Desde un barrio chino (lugar de ocultismo y lo inesperado) un peluche llamado Gizmo muestra que hasta las criaturas más tiernas su lado oscuro. Pueblo recibe la invasión de lo incomprensible con unos bichos verdes llamados Gremlins, caos, humor, y una que otra muerte, en una caricatura desatada de mano del bueno de Joe.
4. La Niebla (The Mist, de Frank Darabont)
No podía faltar Stephen King si hablamos de pueblos atacados por una fuerza invasora. En este caso, una de las mejores adaptaciones de sus novelas vino de la mano de Frank Darabont (que ya había adaptado The Green Mile). Un grupo de personas quedan atrapadas en un supermercado luego de la aparición de una densa niebla que oculta criaturas monstruosas. Pero para el terror siempre hace falta un toque de humanidad, y el microcosmos creado en la convivencia dentro del mercado expone que sencillo es volverse un cínico o un creyente cuando el apocalipsis está volcado frente a nuestros ojos. Y que la locura, está a dos pasos de distancia.
3. En la Boca del Miedo (In the Mouth of Madness, de John Carpenter)
Una de las películas de los noventa de John Carpenter (cuando ya no tenía el beneplácito del público) es una de sus mejores. Un investigador de seguros, interpretado por el gran Sam Neill, debe buscar a un autor de novelas de horror llamado Sutter Cane. El lugar donde parece oculto es un pueblo que parece salido de una novela de Stephen King: Hobb´s End. Detrás de las puertas de una iglesia gótica un terror antiguo y sin forma made in Lovecraft (el título original In the Mouth of Madness remite claramente a la novela At the Mountains of Madness) aguarda para tomar a la humanidad por sorpresa. Nunca el poder de la palabra fue tan oscuro.
2. Los Pájaros (The Birds, de Alfred Hitchcock)
Alguien que no puede faltar en ningún listado cinéfilo es Alfred Hitchcock. Este clásico (¿cuál de sus films no lo es?) sobre el ataque de las aves contra los humanos es perturbadora. La rubia Melanie (Tippi Hedren) va a descubrir que, al contrario de la idea general, un pequeño pueblo no es un lugar donde vivir una vida apacible.
1. La Invasión de los Ladrones de Cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, de Don Siegel)
Como no podía ser de otra manera, la película ineludible en este recuento es Invasion of the Body Snatchers. Filmada en la era dorada de la ciencia ficción y de la guerra fría (donde se señalaba a los rojos), Don Siegel filma esta joya sobre unos invasores del espacio exterior que reemplazaban a los humanos por copias carentes de sentimientos. En un tiempo de paranoia descontrolada, se busca al enemigo hasta en el rostro de los amigos.
