1. Correr no conduce a nada
Está probado científicamente que acercarse a una amenaza reduce los niveles de miedo.
Por mas que la adrenalina nos impulse a correr como un maratonista etiope, la obsesión del malvado de turno por ensartarnos/rebanarnos / etc será siempre mayor, por ende ¿Hasta cuándo vamos a correr?
Y otra pregunta más filosófica aun ¿Hacia dónde corremos?
Esto no implica ir, cual Kamikaze, derecho contra Mike Myers, pero sí enfrentar el problema y buscar una resolución.
Ahora, si a pesar de lo dicho usted decide correr, la recomendación es que lo haga de forma sostenida, mirando al frente y sobre todo, sin gritar como niña chiquita. Esto último disminuye notablemente la capacidad aeróbica del corredor.
Ejemplos de esto se pueden encontrar en cualquier película protagonizada por el bueno de Jason Voorhees o bien la señora que corre como pato sin cabeza en El Resplandor.
2. Atacar al atacante
Siempre se pueden encontrar ejemplos de valientes o desesperadas víctimas que logran asestar un golpe que incapacita momentáneamente al loco de turno. Nótese el énfasis en la palabra “momentáneamente”.
Si nuestro villano es de una mínima valía, se repondrá y vendrá por nosotros con mayor énfasis. Una solución práctica para este dilema es el desmembramiento del atacante. Puede que no muera pero; perseguirnos sin los pies, esgrimir una motosierra sin manos o bien pasarse un rato buscando la cabeza; nos dará una ventaja significativa, sino acaso la resolución del conflicto. Véase el ejemplo de The Cabin in The Woods.
Tenga en cuenta al momento de atacar al loco que si éste lleva una máscara, su visión periférica se verá notablemente reducida.
Otro dato importante, si nos quiso matar a hachazos no es probable que recapacite en un freezer. Claro ejemplo de esto es Jack Torrance o bien Homero Simpson.
3. Esconderse
Aunque parezca redundante si el sujeto esta tratando de matarnos (porque es lo que va a hacerlo feliz el resto de la semana) no va a escatimar en tiempo ni ganas de hacerlo. Entonces, si nos escondemos en un placard, es probable que se tome el tiempo de buscarnos y encontrarnos. Es más, es probable que esa búsqueda le genere más placer que el mero hecho de sacarnos las tripitas.
Aunque parezca redundante si el sujeto está tratando de matarnos no va a escatimar en tiempo ni ganas de hacerlo.
El hecho de esconderse no es malo en sí mismo, lo malo esta en el modo.
Si el escondite nos quita todo tipo de visión panorámica del entorno y no esta pensado en función de generar una emboscada contra nuestro hombre del cuchillo, es tan fútil como gritar por ayuda o intentar llamar por teléfono. Aprendamos de Jamie Lee Curtis y su treta del ropero.
4. Buscar ayuda en otros
Como hicimos notar en el punto 3, gritar por ayuda no conduce a nada.
Primero, gritar priva de oxigeno a los músculos además de ser un GPS para que nuestro perseguidor nos encuentre.
Segundo, en el hipotético caso de que alguien venga en nuestro auxilio lo único que lograríamos es cárganos una muerte a nuestra conciencia. “Tranquila estoy aquí para ayudar…“Zas! Le cortan el cogote. Pum! Hachazo en la espalda! Prrrr motosierrazo en el tren superior…
Buscar desesperadamente un teléfono tampoco es muy útil:
-911 ¿En qué puedo ayudarlo?
-Un loco disfrazado pingüino me quiere matar con un pica hielo!
-Tranquilo la ayuda va en camino ¿Dónde se encuentra?
-En el medio del puto desierto de Arizona
-Muy bien en unas 8 horas una patrulla tocara su puerta
Supongamos un escenario más urbano.
Nunca confíe en lo que le dice un policía y mucho menos se quede detrás de él viendo qué hace. Dará la voz de alto y disparará 5 tiros cuando ya vimos que el loco sobrevivió a que lo empalemos en el asta de la bandera de la preparatoria (cosa que no funciono por no cumplir con la premisa del punto 2: Desmembrar). O peor aun, el policía podría ser (sobre todo en el medio oeste americano) parte de la secta de locos Psicópatas que se quieren comer nuestra piel.
5. Vivir para No contarlo
Si por esas cosas del cine logramos escapar o sobrevivir debemos tener muy en cuenta los siguientes concejos útiles para no sufrir una recaída:
- Pedir que cremen el cuerpo del Asesino.
- Si el punto anterior no se cumple solicitar expresamente que no nos internen en la misma clínica a donde trasladan el pseudo cadáver.
- Si todo termino con un arresto, no declarar en la corte, escribir libros al respecto o dar entrevistas a los medios.
- Si escapó, probablemente sea una buena idea mudarse a otro país / continente y nunca esta demás aprender algún arte marcial y manejo de armas semi automáticas. Véase Sarah Connor (es de otra categoría pero el ejemplo es claro).
Nota: Si usted pertenece a una minoría racial dentro de los Estados Unidos o es un actor de segunda nada de esto podrá ayudarlo.
