Scott Pilgrim vs. the World (2010)

«Nadie es profeta en su propia tierra» Mateo 13:57

Scott Pilgrim nace de la mano del compositor, músico e historietista canadiense Bryan Lee O’ Malley (n. 21 de febrero de 1979). Es una novela gráfica de seis tomos (2004-2010) publicada por la editorial independiente Oni Press. Record de ventas en la década del 2000. Esta obra de ficción, caracterizada por su sentido del humor y claras referencias al manga japonés, homenajea a toda una generación de viejos adolescentes testigos y participes de los cambios que trajo consigo la globalización y las nuevas tecnologías. En especial aquellos que crecimos jugando consolas de tercera generación como el Nintendo Entertaiment System (NES) o su homólogo japonés Famicom (Family Game). Sin ir más lejos “Bob-omb”, bomba andante del Super Mario Bross. le da nombre a la banda Sex Bob-omb.

Universal Pictures, ni lenta, ni perezosa, propició el desarrollo de una película (Scott Pilgrim vs. The World) dirigida por Edgar Wright (Shaun of the Dead, 2004; Hot Fuzz, 2007;  The World’s End, 2013) y protagonizada por Michael Cera (Superbad, Juno, Arrested Development). El casting de los protagonistas comenzó en junio de 2008 y el propio Wright declaro «tenemos grandes personas en cada sencilla parte» y vaya que tenía razón. Mary Elizabeth Winstead (Death Proof, Final Destiny 3, The Ring 2), Anna Kendrick (to/">Pitch Perfect, Into the Woods, 50/50), Chris Evans (Captain America, The Avengers), Brandon Routh (Superman Returns), Aubrey Plaza (Funny People, The To Do List), Alison Pill, Brie Larson, Ellen Wong, Kiera Culkin y un largo y talentosísimo etc.

Ahora bien, ¿Qué tiene Scott Pilgrim vs. The World que la hace tan fantástica?

Respeto y comunicación entre autor y director. Es sabido que O' Malley al principio no le gustó la idea de empezar a filmar una adaptación cinematográfica de su obra homónima pero a medida que se fue involucrando en el proceso, aportando ideas y puliendo diálogos, fue una pieza fundamental en el desarrollo. Se nota el laburo y el esfuerzo que pusieron para dejar intacta la esencia en el traspaso del papel al fílmico, más aun considerando que había que resumir la historia para contarla en aproximadamente dos horas.

Gags al por mayor. Es demasiado genial la presentación del logo de Universal en 8 bits y este pequeño detalle es solo el comienzo de una bataola de diálogos, situaciones y peleas que recuerdan desde el Street Fighter hasta el Monkey Island. Por ejemplo: Cada vez que Scott enfrenta a un ex novio el número que le corresponde aparece; durante la escena en la disquería, Scott tira el disco de The Clash at Demondhead y cae al lado de uno de Beck, compositor de la música de Sex Bob-omb; la estrella en la cartera de Ramona cambia de color de acuerdo al color de su cabello; los dobles de Lucas Lee son realmente los dobles de Chris Evans; la pelea entre Scott y Mathew Patel es un claro homenaje al cine indio de Bollywood; El color de pelo de Ramona corresponde a las tres diosas de La Leyenda de Zelda; no se usan autos en la filmación; Mary Elizabeth Winstead memorizó todas las clases de té que su personaje recita.

Se nota el laburo y el esfuerzo que pusieron en Scott Pilgrim vs. the World para dejar intacta la esencia en el traspaso del papel al fílmico.

Rock & Roll, Baby! Esta película hiper rockera dejó la módica suma de 22 canciones, muchas de ellas interpretadas por sus propios protagonistas. Es así como Brie Larson nos regala una inmortal versión de Black Sheep y We Are Sex Bob-Omb es interpretada por Michael Cera y Alison Pill. En una entrevista Cera confesó que las coreografías y la música le hacían recordar a un musical más que a una comedia romántica. La pelea de bandas es lisa y llanamente fabulosa.

Pero no todo es color de rosa.  Por más extraño que parezca, esta producción que apuntaba a ser un éxito de taquilla terminó destrozando el bolsillo de sus productores. Recaudó solo el 77% de su presupuesto, aproximadamente unos 60 millones de dólares. Sin embargo, luego de su lanzamiento en el mercado doméstico (Blu-Ray) fue líder de ventas por varias semanas. Cosa de Mandinga.

Dejado los números de lado y sin importar el género en el que se la quiera catalogar, Scott Pilgrim vs. the World funciona por haber sabido mezclar comedia, romance y música de forma novedosa y creativa, por apostar a un elenco joven y en ascenso, por haber sido fieles a la esencia y por la simpleza y originalidad de su trama, sin mayores pretensiones que divertir a los espectadores.

En síntesis, una película inolvidable, demasiado fantabulosa para el acartonado espectador promedio, que promete seguir agrandando su leyenda de boca en boca. Amen.