Búsqueda Implacable (2008)

Sorpresas

Con motivo del estreno de la segunda parte, me dieron ganas de recordar aquella gran película llamada Búsqueda Implacable que en 2008 sorprendía a propios y extraños con una vertiginosa propuesta y principalmente con la revelación que significó la aparición y consolidación de Liam Neeson como héroe de acción.

Bryan Mills es un espía retirado que debe tomar las armas nuevamente cuando un grupo de trata de blancas secuestra a su hija en París para venderla en una subasta de portentosos empresarios y jeques árabes al mejor postor. La historia es sencilla, aunque posee los condimentos necesarios para lograr ser explorada a la perfección. Es una historia cortita y al pie. No redunda en demasiados giros, ni tampoco presenta vueltas de tuerca innecesarias.

Quizás ese argumento resulte para muchas personas un valor negativo y están en todo su derecho de sentirlo así, pero yo soy de esos energúmenos que todavía disfruta de ver una película que no pretenda ser existencial, que no pretenda cambiarme la vida y que puramente me haga pasar dos horas desenfrenadas de vértigo, tiros, persecuciones y salvatajes. Obviamente que tiene que haber un sustento en la narración, y allí es donde hay que destacar la labor del francés Pierre Morel (Sangre y Amor en París) por contextualizar en la historia cada piña, cada explosión y cada arrebato de Mills. Es justamente la moderada labor del francés (cuyas secuencias de acción rememoran bastante en su ejecución a las Bourne de Greengrass) y la contenida aunque despiadada actuación de Neeson lo que hace de Búsqueda Implacable una de las mejores películas de acción de los últimos años.

La sorpresa en una película no es un valor positivo per se, de hecho hay millones de películas con argumentos sorpresivos a su favor que no terminan de redondear una buena propuesta. Búsqueda Implacable es el ejemplo contrario a eso, porque explota al máximo el asombro de encontrarse con un Liam Neeson capaz de todo. Desde asaltar un comando repleto de “ochocuarentas” armados, desde pegarle un tiro a la mujer de un amigo y hasta dejar encendido el interruptor de la luz para ejecutar al secuestrador de su hija. Resumiendo, es capaz de regalarte más de una hora y media de puños, tiros y una frialdad impecable. Es que en realidad la película utiliza a la perfección el “que no haría un padre para proteger la vida de su hijo” y en ese contexto Liam se apoya para explotar y matar a todo a lo que se interponga en la salvación de su hija.

Su ideología un tanto reaccionaria demostrada en que la paz y el compañerismo se encuentra en los Estados Unidos y el “terror”, los secuestros en Europa y en la corrupción de los agentes franceses, además de la infantil e insoportable labor de Maggie Grace, son los únicos aspectos negativos que encuentro en esta película de acción casi perfecta.

En el 2008, al momento del estreno de Búsqueda Implacable, era imposible imaginar a Neeson en ese rol debido a que era una figura mucho más relacionada al drama e incluso su labor en la malísima Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma no lo ayudó demasiado a desarrollar ese aspecto, pero sin embargo al día de hoy a sus 60 años Neeson se ha consolidado como una verdadera estrella de acción en la cual puede caer perfectamente toda la estructura de una película de ese tipo sin que la misma se vea arruinada por su actuación. El irlandés se volvió un actor confiable, un actor que suma y pone el cuerpo para enaltecer a un género muchas veces injustamente maltratado y subestimado por su “aparente simpleza” gracias a esta grata sorpresa llamada Búsqueda Implacable.