Donnie Brasco (1997)

Una de las asignaturas pendientes más importantes que tenía con las películas mafiosas era Donnie Brasco, cuyo expediente se cierra hoy con esta crítica.

Mike Newell fue el director de esta cinta que pasó sin pena ni gloria por nuestras salas, incluso al día de hoy el desconocimiento del público sobre una película que tiene dos protagonistas como Al Pacino y Johnny Depp entre sus filas es muy llamativo. La labor de Newell en la suma de las partes tiene resultados satisfactorios, teniendo como puntos altos la gran elección del reparto y los guionistas, además de dotar con ciertas originalidades a la película, que obviamente van a ir conociendo a medida que avance con la crítica. Quizás esta historia en manos de Martin Scorsese hubiera aportado distintos detalles que la hubieran hecho una Obra Maestra, como lo hizo en Buenos Muchachos, pero no por eso hay que dejar de valorar la buena labor de este realizador-

Contando con la fuerza que siempre tienen las historias reales, la trama se basa en la infiltración y la posterior confianza que se ganó Joe Pistone (un agente del FBI), alías Donnie Brasco, en una peligrosa organización mafiosa de Nueva York. Pistone fue el agente perteneciente al Buro Federal de Investigaciones que llegó más alto dentro de los escalones Jerárquicos que tenía la mafia. No voy a revelar más datos reales de dicha personalidad porque revelaría datos importantes de la historia.

Lo distinto que tiene esta película al resto es que se enfoca más en la tensión que pueda generar la sensación de peligro a la que vive expuesto Donnie Brasco, que en la violencia o la acción que tienen las películas de gangsters que estamos acostumbrados a ver. Otra elemento original es que estos mafiosos no tienen nada del glamour que representan muchas otras cintas que muestran el costado más frívolo y de dudosa existencia de la Cosa Nostra. En resumen esta cinta nos muestra las miserias y las situaciones comprometidas que vive un agente infiltrado dentro de una peligrosa organización mafiosa, dotado de una gran tensión y realismo.

La elección del reparto no podría haber sido mejor. Johnny Depp lleva adelante dos personajes muy distintos que con el pasar de los minutos van confluyendo en uno solo. Depp comienza como Joe Pistone para terminar convirtiéndose en Donnie Brasco, con una metamorfosis dotada de una gran delicadeza. Acompañando al actor de Chocolate podremos encontrar al grande de los grandes Al Pacino. Al interpreta a un mafioso de mucha trayectoria, inteligencia y experiencia, pero que no logra ascender dentro de la organización por el poco respeto que le tienen sus compañeros. Para graficar el personaje de Pacino yo lo describiría con la inteligencia y sabiduría de Michael Corleone en la tercer entrega de El Padrino, pero con algunos arranques de Tony Montana en Scarface, de hecho es casi imposible no encariñarse con Lefty al igual que como ocurre con las míticas representaciones nombradas antes. Muy acertada fue la inclusión de Michael Madsen para interpretar a Sonny Black, para demostrarnos una vez más que puede realizar caracterizaciones distintas a las que nos tiene acostumbrados.

Donnie Brasco es una opción que cualquier amante del “Cine Mafioso” no puede dejar de ver. Las grandes labores de Depp, Pacino y Madsen y la original historia merecen ser vistas.