Karate Kid (2010)

Cuando el Sr. Chan entrenó a Jayden-San

Cuando creé la sección Críticas DVD fue pensada para que dentro de ella se encuentren todo tipo de películas. Desde joyas escondidas, pasando por clásicos de cualquier época y hasta películas cuyo estreno pasó sin pena ni gloria y que de alguna manera merecen un reconocimiento. La remake de Karate Kid integra este último pelotón y por eso desde acá le vamos a dedicar una querible reseña.

Protagonizada por ese crack irrompible llamado Jackie Chan y por Jaden Smith, hijo de Will, y dirigida por Harald Zwart, esta remake nos contará la harto (?) conocida historia de un joven, Dre Parker, que debe aprender un arte marcial para defenderse del hostigamiento de los muchachos del lugar al que acaba de mudarse con su madre. Como verán no puse demasiados detalles en la “descripción” de la trama, debido a que la original y la nueva versión comparten la esencia con sólo algunos detalles que se representan diferentes. Estos detalles ayudan a que uno deje de ver la película en piloto automático y prenda las luces altas para prestar atención a lo que va ocurriendo. La referencia más significativa de cambio es que la acción, siempre hablando de la remake, transcurre en China teniendo como foco de desarrollo al Kung Fu. En su momento se había pensado con cambiarle el nombre por Kung Fu Kid, pero para evitar kungfusiones (si, hoy estoy con todas las luces) decidieron dejar el nombre de la original.

Más allá de algunas cuestiones narrativas bastante objetables (la duración en varios pasajes resulta excesiva y por momentos se ve a lo lejos el intento de imponer un dramatismo que termina resultando estéril) hay que destacar que Karate Kid representa una muy buena reversión del clásico film de John Avildsen que protagonizaron en el pasado los inolvidables Ralph Macchio y Pat Morita. Básicamente el film estrenado en el 2010 funciona por no pretender ser más de lo que tiene para mostrar. Entretenimiento puro y punto. Aprovecha y explota con ribetes cómicos la nueva vida del protagonista, con todas las dificultades esperables, para insertarse en la caótica China y también de paso se encarga de narrar una tierna y funcional trama romántica con una jovencita china. No hay muchos más elementos para destacar en cuanto al desarrollo, sólo cabe destacar la original y graciosa variante al clásico “encerar y pulir” que inmortalizaron el Sr. Miyagi y Daniel Larusso y las espectaculares secuencias de luchas.

Ahora sin ningún tipo de duda lo mejor de Karate Kid son el querido Jackie Chan y el pequeño Jaden Smith. Es que si había alguien capaz de llevar adelante al gran Sr. Miyagi era el inmenso actor de Rush Hour, pero lo interesante es que Jackie no se dedica a imitar los ojos llorosos de Morita en piloto automático, sino que lleva adelante una versión bastante más radical y expresiva resultando uno de los principales valores de la cinta.

Vamos a hablar a calzón quitado, el Daniel-San de Ralph Macchio era un goma bárbaro y por momentos uno disfrutaba de las golpizas que recibía, aunque sobre el final era irremediablemente hermoso ver cómo les pateaba el trasero a los pendejos del dojo Cobra Kai por el sublime sabor que tiene la revancha. Ahora la gran diferencia es que encontramos en Jaden Smith (que este año estrena junto a su padre Después de la Tierra a las órdenes de M. Night Shyamalan) un personaje principal pícaro, terriblemente carismático, astuto, guapo y principalmente fresco que nos captura al instante para llevarnos de las narices por más de dos horas en su épica remontada, algo que resulta una grata sorpresa por tratarse de un actor tan joven. Incluso en las secuencias dramáticas el hijo de Will sale airoso sin demasiados inconvenientes.

Mención aparte merece la gran química que llevan adelante Chan y Smith, generando una emotividad genuina que se va edificando de manera sólida a medida que van corriendo los minutos.

Karate Kid representa una buena vuelta al cine de la querida historia que se estrenó originalmente en 1984 principalmente gracias a su entretenido y encantador desarrollo y las grosas actuaciones de su dúo protagónico.