Hay mucha gente que asocia automáticamente el nombre de Francis Ford Coppola a la trilogía El Padrino (es entendible ya que estamos hablando de la mejor saga de la historia del cine), pero dejando de lado grandes películas como Apocalipsis Now, Jardines de Piedra, Drácula o Tucker encontramos a La Conversación, que casualmente fue filmada entre medio de El Padrino y El Padrino II en 1974 y es el film que nos ocupa aquí.
Luego del prestigio que le otorgó la mencionada obra protagonizada por Al Pacino, Coppola (que no es Guillote) se propuso rodar La Conversación que vendría a ser un thriller más intimista y personal en el cuál nos cuenta la investigación que lleva adelante un experto, solitario, osco y prestigioso detective privado llamado Harry Caul sobre una aparente e inofensiva conversación entre una pareja que trabaja en una prestigiosa empresa. Cuando Caul comienza a descubrir el inusitado interés del asistente del importante directivo que lo contrató comprende que detrás de esas banales charlas hay un secreto que deberá descubrir para evitar una tragedia.
Si bien La Conversación comienza como un film que bien podría ser una especie de revisión del policial negro (principalmente por partir de la figura del detective privado, su soledad, su tremenda experiencia y su parca personalidad), luego va mutando hacía un thriller con muchos tintes psicológicos narrados con un gran pulso que lo tornan una experiencia realmente fascinante. Incluso hacía el final hay escenas que tranquilamente podrían pertenecer al cine de terror, mostradas con una maestría impecable. Ford Coppola hacía la segunda parte del film deja bastante de lado la investigación sobre las peligrosas escuchas (tanto para él como para los participantes de ellas) para ocuparse de las oscuridades del personaje principal mostrándonos como el pasado influyó de manera tajante en su personalidad y como el hecho de lo que vivió lo lleva a tratar de evitar los problemas que puedan ocurrirle a la pareja que fue grabada. Incluso está presente el cambio de tono de la historia en la puesta en escena que al comienzo se encuentra bastante plagada de planos generales mucho más amplios, para dar paso luego a un ambiente tremendamente claustrofóbico en muchas secuencias. Un claro ejemplo de esto es el brillante plano en picada desde los cielos hacía una multitud que abre el film y el paisaje del destrozo, la soledad y la desolación del departamento de Claus que es justamente el encargado de finalizarlo.
La creación del personaje Harry Claus por parte del realizador es brillante y el detalle de como su creencia en Dios lo hace desarrollar una culpa por las causas de su trabajo es digno de elogiar. Justamente sobre el trabajo del director y la actuación del actor principal se da una interesante simbiosis entre la lenta narración que implementa Coppola en La Conversación y la templada y abstinente caracterización que lleva adelante magistralmente Gene Hackman sobre el protagonista Henry Claus. Además hay una deliciosa utilización del sonido y el flashback que de alguna manera sirve de comunicación entre nosotros y los pensamientos de Hackman, justamente en los momentos donde las palabras no abundan dentro del relato.
La Conversación no estará a la altura de la colosal obra maestra El Padrino, pero es un film indispensable para comprender las grandes obras que hay detrás de un autor con todas las letras como lo es (o como lo era, lamentablemente) Francis Ford Coppola.
Titulo Original: The Conversation // Dirección: Francis Ford Coppola // Reparto: Gene Hackman, John Cazale, Allen Garfield, Frederic Forrest, Cindy Williams // Guión: Francis Ford Coppola // Duración: 113 minutos // Género: Thriller, Drama // Fecha de Estreno en ARG: 26 de Septiembre de 1974