Martha (Elizabeth Olsen) está traumada. Su trauma es la base sobre la que estriba el relato de esta película, austera como hacía tiempo no veía. Su psiquis está fragmentada: es Martha y es Marcy May. Presente y pasado estarán ligados mediante el montaje a través del sonido (la música es escasa), formando una línea tempora indivisible en la que los flashbacks se adivinan, y que claramente refieren a la imposibilidad que tiene la protagonista para dejar atrás ‘lo sucedido’. Sin embargo, hay un tercer tiempo que resulta aún más inquietante: el pasado anterior al pasado. La película se inicia con Martha escapando de la casa a la que cayó luego de fugarse de su verdadero hogar. Allí se convirtió en Marcy May para vivir en el seno de una familia sectaria, que remite al Clan Manson, aunque con menos sangre y más semen derramado.
Esta casa rural, habitada por hombres y mujeres jóvenes que responden a los deseos y mandatos de un líder espiritual no mucho mayor pero con una gran capacidad de manipulación, es el primer cuadro familiar que recibimos. Marcy May el primer nombre que se imprime sobre el rostro de la protagonista. Pocos minutos después nos enteramos de que su verdadero nombre es Martha gracias a una breve comunicación telefónica que mantiene con su hermana. En este caso no hay una imagen filial, es sólo una voz distante en todos los sentidos posibles. La verdadera identidad de la protagonista comienza a plantearse como un misterio, y lo seguirá siendo aún cuando vuelva a convivir con su hermana y su cuñado en la comodida de un caserón junto al lago. Ella no puede adaptarse y pareciera no existir una vida anterior a esos pocos años de ausencia. Para ser más específica: pareciera que su problema es que nunca pudo ser Martha, y ahora es sólo Marcy May. Paradójicamente es el shock de lo vivido lo que le da entidad como persona. Como Marcy May encuentra un rol comunitario, muy a su pesar, como Martha es (¿y siempre fue?) un problema.
Hay tensión en cada escena, en cada espacio.
La película se va tornando más y más oscura conforme avanza el relato, a medida que es más dificultoso identificar la raíz del “mal”, porque a lo terrible de lo sucedido se contrapone la incapacidad de su familia para ayudarla. Enmarcarla en un género es algo complejo, dado que tiene elementos del thriller, del terror psicológico, pero es a su vez un drama desolador, retrato del derrumbe psíquico y emocional de una joven que no encuentra su lugar.
Exceptuando las claras diferencias, me remitió a , de Roman Polanski, donde lo aterrador vive en la protagonista. Todo se contiene y la explosión se vuelve necesaria. Sin embargo lo cruel (nunca lo malo) de Martha Marcy May Marlene es que deja al espectador sin catársis, sin recurrir a ningún tipo de espectacularidad para cerrar una película precisa, seca y traumática.
Título Original: Martha Marcy May Marlene // Dirección: Sean Durkin // Reparto: Elizabeth Olsen, Hugh Dancy, John Hawkes, Sarah Paulson // Guión: Sean Durkin // Duración: 102 minutos // Género: Drama // Fecha de Estreno USA: 21 de Octubre de 2011