Muchas luces y pocas nueces
Luego de romperla con Drive, el danés Nicolas Winding Refn volvió a la gran pantalla con la promisoria Only God Forgives. Resultaba atractiva por los buenos avances, el reparto (Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas) y, principalmente, por una trama cargada de venganza y violencia que a priori era ideal para que Winding Refn siguiera en esa curva ascendente que inició con Bronson allá por el 2008.
La historia transcurre en Bangkok. Julian (Gosling) es un fugitivo de la justicia yankee que posee un club de boxeo en la ciudad tailandesa junto a su hermano Billy (Tom Burke). Este antro deportivo es en realidad una tapadera de la verdadera actividad rentable que llevan adelante los hermanos: el tráfico de drogas. Todo marcha bien hasta que Billy viola y asesina a una piba de 16 años. Allí entra en acción un policía jubilado de dudosos métodos para impartir justicia ordenando su brutal asesinato. Como resultado de esta acción, Julian intentará vengar el asesinato de su hermano.
Hay directores que, en algún momento de su carrera, son deglutidos por sus pretensiones artísticas y estilísticas, dejando de lado lo más sagrado que tiene el cine: la narración. Sin una buena narración, no hay convenciones estéticas que aguanten. A veces, estas figuras pueden reencausar su carrera; otras, conforme se suceden sus películas, reafirman esa postura. topher-Nolan/">Christopher Nolan se encuentra en proceso de crecimiento dentro de esta segunda categoría (a Baby Jesus le imploro todos los días que vuelva a la senda de Batman: El Caballero de la Noche y El Gran Truco) y, lamentablemente, Nicolas Winding Refn también va por ese camino.
En Only God Forgives, el director de la trilogía Pusher no cuenta una historia y transmite potencia por medio de decisiones estéticas, sino que pone por encima sus ínfulas de autor antes de narrar una trama para desde allí exponer sus pretensiones autorales. En Drive se asomaban algunas sospechas de su exceso “artístico” pero al estar encuadrada dentro de un género más apreciable a simple vista como el policial negro, la cosa no se le iba demasiado de las manos. Acá quiere abarcar mucho pero aprieta muy poco. Se nota demasiado que en el intento de ser llamativo y subrayar sus “luces de neón” se le va la película al carajo.
Ryan Gosling se roba a sí mismo de su excelsa interpretación de Drive.
En algunos momentos de Only God Forgives no se entiende absolutamente nada de lo que está sucediendo, fundamentalmente por la terquedad de su realizador por economizar recursos en los diálogos. A todos nos gusta que se muestre más de lo que se relata, pero tampoco la pavada, si no te da la nassssta, papá. No todos pueden ser Sergio Leone, Paul Thomas Anderson o Michael Bay (?). Claramente, Winding Refn la quiso cancherear con un film profundo, cool, metafórico y oscuro (cuando solo debía ser una “bella” historia de venganza y violencia) pero le salió un “auto-homenaje” inmoderado. Ah, y dejo de lado que puede mostrar un cráneo destrozado, un cuerpo abierto a la mitad pero no una mina tocándose en bolas, porque con ese tipo de decisiones podría pensar que en realidad es un timorato, y no puedo asegurarlo con precisión.
Gosling se chorea a sí mismo de su interpretación de Drive pero le agrega unas 15 (número elegido absolutamente al azar) capas más de impavidez, lo que torna su participación en la película algo insoportable. Se entiende que el tipo es un muerto en vida por sus acciones en el pasado, pero llevarlo a ese extremo hace dar cuenta de que, en realidad, es un pelotudo bárbaro incapaz de nada. Es imposible que podamos comprar que un tipo sin el más mínimo ápice de carácter o carisma pueda montar una red de narcotráfico en Bangkok y vengar a su hermano muerto a manos de una especie de policía que surge de la cruza perfecta entre los métodos de Harry el Sucio y la habilidad karateka del Señor Miyagi. La única que se salva de la asombrosa pasividad de Only God Forgives es Kristin Scott Thomas, una tigresa de garras filosas que, cuando aparece, revitaliza la película con su sola presencia.
Comerse la historia de Only God Forgives es imposible desde el inicio hasta el ridículo final, y es una gran pena por lo que representaba a priori su interesante propuesta. Será cuestión de esperar para ver si Nicolas Winding Refn reencausa su carrera o sigue obstinado en enaltecer las sobrevaloradas firmas de su cine.
Título Original: Only God Forgives // Dirección: Nicolas Winding Refn // Reparto: Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm // Guión: Nicolas Winding Refn // Origen: Estados Unidos, Francia (2013) // Duración: 90 minutos // Género: Thriller // Fecha de Estreno en USA: 19 de Julio de 2013