El futuro llego hace rato
Hay algo rancio en Aprendices Fuera de Línea (The Internship). Y no me refiero ni al bueno de Owen Wilson o el denso de Vince Vaughn. Es algo que tiene que ver con su estructura y las situaciones que la comedia plantea. No es ninguna novedad la idea del enfrentamiento con un contexto nuevo (u opuesto) para provocar situaciones graciosas. Como el capítulo de Los Simpsons donde Homero va a la universidad, aquí la pareja fuera de lugar (y tiempo) son dos amigos que venden relojes y que sufren la derrota frente a los celulares hiper funcionales. ¿Donde van a caer en busca de trabajo? En Google, la nueva meca del trabajador moderno. Y todo eso sin siquiera saber usar una webcam.
Sobre una estructura narrativa ya repetida (que podría usarse de metáfora de lo clásico es bueno, en el caso de que esto fuera bueno) lo que desespera es la poca imaginación de las situaciones y diálogos. Un relato sin sobresaltos ni emociones (solo lo calculado y que sabemos de antemano) que da como resultado un film cómodo. Aferrado a la estructura de descubrimiento-ascenso-caída-final feliz de la comedia (romántica principalmente) pareciera protegernos de cualquier sacudón de realidad poniendo al futuro delante de nuestras narices. Lo gracioso es que lo único que confirma es lo despiadado del sistema. Este trabajo de canchas de voley y comida gratis solo puede ser para unos pocos.
Pero no nos despertemos del sueño americano. La pareja de amigos queda como pasantes de Google y junto a otros parias (al parecer hay de esos aún entre nerds) deben superar pruebas para alcanzar la meta (muy deportivo, muy americano). La meta obviamente no es otra que “conseguir trabajo”. Esta es quizás una de las razones posibles para seguir prestando atención durante las casi dos horas del film. Al menos de mi parte, siempre lograron atraparme las películas con competencias. Cuánto más arduo el desafío, mayor el interés en ver la victoria. Lo triste es que no hay ideas interesantes en ninguna de las pruebas a resolver. Pero claro, si el premio es trabajar ¿cómo hacerlas divertidas?. Puro resultadismo: uno solo espera el momento donde todos se van a abrazar (y nosotros quedemos confortablemente felices).
En el medio hay una historia romántica (porque hay que meterle amor), las lecciones del día (porque los viejos tienen calle y los nerds cerebro) y la pareja protagónica repitiendo los roles de Los Rompebodas (David Dobkin, 2005). Wilson nos cae bien con su aire sensible, gracioso y trágico (algo que supo aprovechar al máximo Wes Anderson en Los Excéntricos Tenebaums) pero lo de Vaughn es más complicado ya. Desde la mencionada Los Rompebodas, viene repitiendo de manera traumática el mismo verborrágico personaje.
Basado en una idea (ponele que la llamamos así) de Vaughn, la película de Google es por encima de todo un panfleto publicitario para vender aplicaciones y un “espíritu” de bondad (ponele que una empresa multimillonaria que cotiza en bolsa es así). Intenta de todo para agradar, desde la noche de descontrol y comedia romántica hasta los gags verbales y la competencia deportiva. Pero para ser el film de una empresa que ve hacia el futuro, no se le cae una idea.
Titulo Original: The Internship // Dirección: Shawn Levy // Reparto: Owen Wilson, Vince Vaughn, Max Minghella, Rose Byrne, John Goodman // Guión: Jared Stern y Vince Vaughn // Origen: Estados Unidos (2013) // Duración: 119 minutos // Género: Comedia // Fecha de Estreno en Arg: 15 de Agosto de 2013