Cambio de planes
Ariel Winograd estrena Sin Hijos, su cuarta comedia al hilo y su mejor película hasta ahora. Winograd había demostrado buenas intenciones en sus anteriores obras; de hecho, en Mi Primera Boda había bocha de secuencias cómicas que dejaban la sensación de que no se terminaban de exprimir. Con Sin Hijos, en cambio, hay un aprovechamiento al máximo de los escenarios que desarrolla el film a lo largo de su metraje.
Gabriel (Diego Peretti) está separado hace varios años. Más allá de sus ocupaciones laborales, el resto de su vida gira en torno a Sofía (Guadalupe Manent), su hija de 9 años. No tiene aspiraciones amorosas y en cada cita que se le presenta se encarga de demostrar nulo interés por la conquista. Hasta que un día el amor toca la puerta de su negocio (?) y se encuentra con Vicky (Maribel Verdú), un amor inconcluso y desencontrado de la adolescencia. El flechazo es instantáneo y la relación comienza a fluir rápidamente. Nada parece socavar el creciente enamoramiento, a excepción del “pequeño detalle” de que Vicky no tolera a los bajitos (Xuxa dixit) y Gabriel, en respuesta a esta “fobia”, decide cambiar de planes y ocultar a su pequeña hija.
Winograd y Mariano Vera (guionista de esta comedia romántica/familiar) proponen un esqueleto de situaciones consecuentes que son explotadas en grande. Toman el escenario adverso de la historia y lo transforman en un compendio de circunstancias hilarantes que van construyendo un hermoso camino hacia la felicidad. Las situaciones van desde una particular cena donde Peretti realiza una especie de monólogo sobre las actividades de su hija, pasando por el primer encuentro sexual con Verdú donde niega la existencia de la pequeña Manent, hasta finalizar en ese emocionante y autoconsciente cierre a lo Hugh Grant en Un Gran Chico (About a Boy, de Chris y Paul Weitz).
Todo encaja perfecto en Sin Hijos. Todo tiene que ver con todo y ese todo indivisible conforma una trama. Si alguna escena fuera quitada de la película, ese armazón se desajustaría y automáticamente perdería coherencia o lógica narrativa. Las grandes películas de cine clásico presentan ese encantador atractivo y Sin Hijos se encuadra en esa tradición. El ejemplo más claro de la bella usanza clásica es cómo la apertura del film se introduce en la escena crucial hacia el final de la película. Ese es el cine clásico, qué lindo es, la puta madre. Y es justamente en ese citado patrón donde se demuestra algo formidable: la seguridad narrativa de Winograd y el consistente guión de Vera, más allá de la destreza mostrada por ambos en las incontables secuencias cómicas que funcionan en la película.
Si alguna escena fuera quitada de Sin Hijos, la película perdería automáticamente coherencia y lógica narrativa.
Diego Peretti es, sin dudas, uno de los pocos actores de la escena nacional capaz de generar carcajadas sentado en una cama repitiendo “No hablar de Sofía” una y otra vez. Peretti es una estrella, un crack de la actuación que vuelve a poner sus caudalosos ríos de carisma al servicio del cine. Y qué decir de Maribel Verdú; la bella actriz española deambula por la pantalla a sus 44 años con una presencia y un magnetismo asombroso. La no traición de su personaje, demostrada con el gag lúcido y consecuente de la pelota escondida sobre el final, es otro argumento a favor de la claridad de Winograd. Otro de los principales atractivos de Sin Hijos son las apariciones secundarias de la debutante Guadalupe Manent y el ya instalado Martín Piroyansky.
Podemos dormir (o sonreír) tranquilos, el cine mainstream argentino tiene en Ariel Winograd (o también en Piroyansky, por nombrar de nuevo al actor/realizador mencionado arriba) un director que entiende muy bien la comedia y principalmente sabe cómo contarla. Si bien sus anteriores películas no estuvieron a la altura de la que aquí nos convoca, se ve en Sin Hijos una evolución de su cine que no hace más que pronosticarle el mejor de los futuros. Y qué mejor que ese futuro nos encuentre de nuevo, sonrisas de por medio, en una sala de cine.
Título Original: Sin Hijos // Dirección: Ariel Winograd // Reparto: Diego Peretti, Maribel Verdú, Guadalupe Manent, Martín Piroyansky // Guión: Mariano Vera // Origen: Argentina, España (2015) // Duración: 100 minutos // Género: Comedia Romántica // Fecha de Estreno en ARG: 14 de Mayo de 2015