Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma

La amenaza de dejar de facturar

Con la excusa de la conversión al 3D de toda la franquicia se estrena en nuestros cines nuevamente Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma, la cuarta (o la primera, como quieran) y la peor obra por lejos de la facturadora saga Star Wars de George Lucas.

Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma nos contará como el maestro Qui-Gon Jinn y su aprendíz Obi-Wan Kenobi deben contrarrestar una ocupación en el planeta Naboo, además de evitar el secuestro de la Princesa Amidala. En el camino a su misión deberán enfrentarse al poderoso Sith llamado Darth Maul y se encontrarán con un pequeño llamado Anakin Skywalker que posee en él una fuerza y una determinación que harán que Jinn lo tome como su nuevo discípulo para convertirse en un Jedi, a pesar de la negativa del Alto Consejo Jedi.

La saga Star Wars necesitaba una precuela, ya que el origen de personajes como Obi-Wan o Anakin resultaba algo harto interesante, aunque lamentablemente la primera entrega de esta segunda trilogía resulta aburrida, inconexa y por momentos hasta grotesca. A ver, voy a intentar desarrollar un poco más esos conceptos: el aburrimiento se acerca y se queda durante sus largos 136 minutos ante el nulo desarrollo de los personajes, apoyando la narración solo en la mística que tiene los mismos por pertenecer a la famosa franquicia. Por otra parte también tenemos la escasa tensión en la gestación de las escenas de acción, que surgen de manera abrupta y sin una justificación clara en la mayoría de los casos. Si a lo mencionado le sumamos que las escenas no se encuentran bien enlazadas, todo termina agregando mayor desconexión con los personajes y la trama. Para finalizar hay que destacar que sin dudas lo peor de la cinta es el coqueteo entre Amidala/Padmé y Anakin por lo inverosimil y patético, donde sobre todo la diferencia de edad hace que por momentos roce lo vulgar y lo grosero.

Las actuaciones parecen estar realizadas en piloto automático, donde ninguno le pone verdaderamente el cuerpo a las escenas, algo raro en un cast donde encontramos figuras versátiles, confiables y destacadas como Liam Neeson, Ewan McGregor o Natalie Portman. Mención aparte merece el frustrado intento de introducir una figura graciosa que emule a los memorables C-3PO y R2-D2 en Jar Jar Binks, donde éste no solo no logra tener una secuencia graciosa sino que termina siendo el personaje más infumable y estúpido de toda la película.

Dentro de esas inconexas escenas encontraremos algunas secuencias espectaculares como el enfrentamiento final y vertiginosa carrera de Pods, únicos puntos destacables de este fallido film.

El 3D no es un justificativo suficiente para haber estrenado Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma, ya que sin dudas la verdadera razón de su “renovada” salida, para George Lucas, fue la amenaza de dejar de facturar.