El mundo de las series se encuentra en estado de gracia. Hay pululando en televisión y streaming grandes productos (Mad Men ya finalizada en tv o House of Cards en Netflix como ejemplos más emblemáticos) con distintas y atractivas propuestas. Encima, a la hora de contextualizar ese universo de ofrecimiento “infinito”, hay que tener en cuenta que en internet (ya sea por descarga, por sitios web gratuitos flojos de papeles o el mencionado Netflix) se puede acceder a series que ya han finalizado su emisión semanal en la pantalla chica. No es poca la gente que recién comienza a ver Breaking Bad a más de 2 años de su finalizado. El mercado es abrumador y también no hay que olvidar que se amplía all the time con importantes lanzamientos de nuevas producciones como Preacher, Outcast o The Night of, solamente por mencionar algunas.
Entre el cine y la programación televisiva/de internet a veces pareciese como si el tiempo no fuese suficiente para ver todo lo que hay disponible, pero siempre (como dice Regina Spektor) you’ve got time y más para ver la producción que acá nos ocupa. Lo que intento explicar es que la oferta de series es basta y amplia, pero hay una de ellas que se destaca, que brilla desde su inicio y que con cada avance de temporada se vuelve aún más interesante. Esa serie es Orange is the New Black, creada por Jenji Kohan y emitida completamente en formato streaming a través de Netflix. La idea de este post es enumerar, sin spoilers, algunas de las grandes razones que posee la serie de la creadora de Weeds para verla y aquí debajo los podrán leer.
1. Remember all their faces
OITNB es una serie coral, con una cantidad de personajes tremenda. La cuestión es que el desarrollo de la mayoría de sus protagonistas tiene una profundidad inédita en las series de la actualidad. Todos los episodios despliegan una subtrama que termina por tejer la trama principal de cada temporada. Red, Flaca, Crazy Eyes, Pennsatucky y obviamente Piper, son simplemente algunos de los nombres que la serie se encarga de desarrollar con una hermosa pasión. La ola naranja alcanza a todas a lo largo de sus emisiones con una evolución palpable. Ninguna queda indemne ante los sucesos vividos en esa prisión. Incluso su estructura de flashback resulta un gran acierto por ser un eficaz complemento a la actualidad de las reclusas.
2. The sun is out, the day is new
Cada nuevo capítulo es un tobogán de emociones (Bambino Veira dixit). Hay pocas series pululando en la estratosfera que puedan moverse tan naturalmente por la comedia y el drama con la sapiencia y claridad que lo hace OITNB. Hay episodios donde se trata el aborto, la soledad, la amistad, las traiciones, la homosexualidad, discapacidades, el abandono de las familias y toda la profunda problemática que atraviesan este puñado de reclusas adorables siempre con un absoluto respeto y compromiso (sin jamás dejar de lado el humor).
3. Trapped, trapped, trapped ’till the cage is full
Bajo esas capas de humor negro y drama, se esconde una feroz crítica hacia el sistema carcelario de los Estados Unidos. La participación de Piper Kerman (en ella se basa la historia de la serie) en la confección de la historia hace que la mirada sea mucho más aguda y evidente. Orange aborda sin tapujos el maltrato a los que son sometidas a diario. La serie no tiene ningún problema de meterse con los temas más tabúes del sistema penitenciario del país del norte, y a tal punto llega ese compromiso que es en la tercera temporada donde se afronta con un cinismo tremendo la abusiva y totalmente carente de controles privatización de la cárcel donde habitan nuestras queridas amigas.
4. The light was off but now it’s on
Los personajes no pueden ser taaaaan adorables. Resulta difícil de entender la nostalgia que invade el cuerpo cuando una nueva temporada se termina. Es que no poder ver por más de un año a Red (crack de la vida), Tasha, Big Boo o Lorna se hace harto difícil de manejar. Una vez que estas reas entran en tu casa, es imposible no encariñarse con ellas. En la tercera temporada principalmente, este fenómeno se acrecentó. Es que para la citada temporada Orange is the New Black dejo de lado la construcción de personajes que ocupen el rol de villanos, haciendo que Jenji Kohan pudiese recorrer los estrechos pasillos de Litchfield y a su camino ensanchar con paciencia las distintas psicologías de sus personajes generando una empatía imposible de ignorar.
5. And everyone is waiting, waiting on you
OITNB jamás castiga a sus chicas, ni las somete a golpes bajos. Tampoco intenta justificarlas, sino que establece en líneas temporales correspondientes a su pasado las causas de sus condenas para que de alguna manera podamos comprender como llegaron a vivir las consecuencias actuales. Cuando ellas lloran, se las acompaña en el sufrimiento, siendo participes de su angustia, siendo un preso más en la cárcel; y cuando atraviesan momentos de dicha, uno entra en una especie de arrebato de felicidad que administra un poco de aire a tanta reja y paredes de concreto. El inmenso final de la tercera temporada es una clara muestra de esto. Cuando ellas se zambullen en esa milagrosa laguna, uno no desea nada más que estar allí con ellas acompañándolas en su alegría.