El cine de terror es un género especial, y pese a que la simpleza o el efectismo extremo de algunos directores lo llevaron casi a la extinción en varios momentos de la historia, siempre supo salir airoso. En un momento particular, cuando parecía que el género iba a morir definitivamente surgió una corriente que lo refrescó, esa corriente fue el denominado “Cine Clase B“. Esta denominación viene del hecho de que los grandes estudios comenzaron a crear películas baratas que acompañen en función doble a sus grandes estrenos, eran películas de género protagonizadas por actores desconocidos y hechas con muy poco entusiasmo desde el lado de las compañias. Muchos fechan la época del Cine Clase B entre 1930 y 1960 pero justamente fue ahí, a partir de los 60′s que ese cine “de relleno” surgió como una estética más que como una estrategia y en él decenas de cineastas sin dinero pero con ganas de sobra encontraron en esa tendencia la solución y comenzaron a filmar películas independientes.
De esta manera y del lugar de donde menos se esperaba surgió un gran grupo de cineastas que no sólo renovaron el cine fantástico y de terror sino que además de paso y como quien no quiere la cosa cambiaron el cine. Con motivo del mes de Halloween, Función Agotada se tiñe de rojo sangre para presentarles a los grandes directores que empezaron su carrera haciendo Cine Clase B.
Peter Jackson, muy lejos de El Señor de los Anillos
A los 20 años Peter Jackson aún no soñaba con Hobbits pero sí con extraterrestres asesinos, y fue así como usando cada domingo durante 4 años logró hacer una de las películas de terror más divertidas de la historia: Mal Gusto (Bad Taste), una película sobre unos extraterrestres que llegan a un pequeño pueblo de Nueva Zelanda con la intención de hacer una granja de humanos, su objetivo es convertirlos en el menú de una casa de comidas rápidas interestelar. Estrenada en 1987, es una joya del Gore y una película de culto.
Cabe aclarar que el mismo Jackson hizo en 1992 Braindead, una película con más presupuesto pero no por eso con menos espíritu B, otro film más que recomendable.
Tobe Hooper empieza la leyenda
El 1ro de Octubre de 1974 pasaría a la historia del cine como la primera vez que se proyectó la que sería una de las películas más importantes del cine moderno, ese día se estrenó La Masacre de Texas (The Texas Chain Saw Massacre), la primera película de Tobe Hooper. Filmada con 140.000 dólares se convirtió rápidamente en un éxito.
La importancia de esta cinta radica en un cambio total de la perspectiva sobre el terror, mostrando poco y dejándole mucha más importancia a las atmósferas, de esta manera Tobe Hooper genera miedo en el más profundo sentido de la palabra y además tiene talento para introducir metáforas visuales desde los decorados, las lentes y la angulación de cámara. Una película que aún se exhibe en el Museo de Arte Moderno de New York.
Ridley Scott y la bestia estelar
La Bestia Estelar iba a ser el nombre original de Alien, el Octavo Pasajero, un claro ejemplo del Cine Clase B no sólo como estética sino como visión del mundo, una película que rescata los tópicos del cine de ciencia ficción Clase B de los años 50 y los usa para transmitir angustia y un ambiente asfixiante. El presupuesto de la película no mareó a Ridley Scott que siguió firme en la idea de que lo importante no era el “monstruo” sino la soledad.
El extraño Mr. Lynch
En 1977 y luego de 6 tortuosos años de rodaje, cuya razón principal fue el poco dinero con el que contaba David Lynch, logra estrenar Eraserhead y si bien el estreno le significó el dar concluida la obra a nivel formal no tuvo mucha difusión comercial quedando recluida como solía pasar con las películas más extremas del Cine Clase B a los denominados cines Grindhouse. La película en cuestión es una exquisita mezcla entre el cine de horror Clase B, el expresionismo de los años 20 y el estilo David Lynch (que por ser inclasificable lo considero una corriente aparte). A pesar de la poca difusión poco a poco los escasos espectadores de la misma empezaron a hablar de ella y lentamente se convirtió en lo que hoy es, una verdadera película de culto.
Eraserhead es un viaje al interior de una mente siniestra, es una película incómoda, repleta de ataques al inconsciente, una película que más que una película es una experiencia audiovisual.
