Decir que Star Wars es una película es mentir. Como en las buenas obras, lo que pasa en Star Wars no pasa en la pantalla sino en otros lugares. Aun así, hay algo que la diferencia de esas obras. Advierto que no sé cuál es esa sustancia pero ante el estreno de su séptima parte necesito entender las razones por las cuales me siento tan expectante sobre lo que voy a ver en Diciembre. Este es un intento por entenderme.
- Star Wars es un sentimiento
Escribir un ensayo objetivo sobre la trilogía original de Star Wars a 38 años del estreno de su primera parte es imposible. Star Wars, a esta altura, no es analizable, clasificable ni comparable estableciendo parámetros relacionados al cine. La experiencia Star Wars es binaria, o te pegó o no te pegó. Si te pegó podés intentar justificar el shock hablando sobre la perfección de su montaje, sobre su compleja narración, sobre la meticulosa puesta de cámara o sobre la forma en la que usa la fibra mitológica para convertir el relato en eterno. Si no te pegó podés hablar a partir de la influencia SW en la cultura popular (a favor o en contra). A mi SW me pegó y no voy a pretender justificarlo de ninguna manera. Yo entiendo al hincha de un club de futbol a partir de lo que siento por aquella trilogía. El hincha puede justificar contando las copas ganadas o la calidad de los jugadores históricos de los diferentes planteles, pero hay un momento en donde entiende que se enfrenta a algo que de racional no tiene nada y lo resume en una frase: Es un sentimiento. No hay forma mejor de explicar la razón por la cual cuando escuchamos los primeros acordes de la música de John Williams entramos en ese túnel atemporal que nos reconecta con aquel niño/niña que fuimos.
- Star Wars es un rito
Todos vieron SW, aun los que no lo hicieron. Entonces estamos hablando de algo que a partir de su estreno dejó de ser una película, o al menos, representa todo eso que las películas deberían representar: Un lugar en constante transformación al que se puede arribar y revivir en el mismo momento todos los anteriores momentos en los que se estuvo ahí. Star Wars es como la Navidad. Uno en Navidad recuerda momentos de las Navidades anteriores (donde estaba, quién se peleó con quién y a quién le cayó mal el vitel toné) pero además, sea cual sea su creencia religiosa, le guste o no reconocerlo, el rito revive el mito. Star Wars es un rito y con cada visionado se revive su mito fundante. No el de Luke Skywalker sino el del camino/ascenso del Héroe. SW condensa el patrón heroico de todos los pueblos y culturas. Es la consciencia del potencial heroico del ser humano. Cada vez que vemos SW un elegido salva al mundo.
- Star Wars es todas las películas de aventura y ciencia ficción posteriores
Ya sea por estructura narrativa, por espíritu, por estrategia comercial (trilogías), por cercanías temáticas, por afinidad o por pararse exactamente en la vereda opuesta no hay película que no tenga algo de SW. Incluso Episodio I, II, y III son SW.
Star Wars funciona porque ese universo nunca nos fue ajeno. Entendemos (consciente o inconscientemente), qué representa cada personaje. El espectador de 1977 ya conocía a Luke, a Yoda, a Obi-Wan, a Leia, a Han Solo y a Vader. Ya conocían La Fuerza. De alguna forma descubrir que el mal absoluto era el padre del bien, a pesar de ser sorpresivo, no nos fue ajeno porque sabíamos que existía la redención. Las cosas que hacemos los que amamos Star Wars para tributarla vienen de reconocer que sus conceptos ya estaban en nosotros desde antes. Es establecer una reciprocidad con aquel lugar con el que nos conectó la saga, no por groupies, sino porque esa conexión nos desborda y nos resulta imposible de expresar en su totalidad.
Este texto es producto de ese desborde y por eso intenta torpemente encerrar una experiencia inclasificable en el marco del lenguaje escrito, sabiéndose imposible por definición.
El 17 de Diciembre voy a estar en aquel lugar nuevamente. Va a parecer nuevo y voy a aceptar la invitación a redescubrir otros de sus aspectos. Si la experiencia está a la altura, un montón de chicos van a vivir por primera vez esto que todavía no se bien qué es. Diría que los envidio y que me gustaría ver Star Wars por primera vez, pero estaría mintiéndome. Cada vez que escucho a John Williams tocando enloquecido sobre esas letras que se pierden en la oscuridad de la galaxia es mi primera vez ahí.
Star Wars es inconmensurable y por eso la amamos.
