Luego de la embarrada que Joel Schumacher le propinó al hombre murciélago con esas patéticas obras llamadas Batman Eternamente y Batman & Robin, la Warner puso en el freezer a nuestro querido héroe encapotado para descongelarlo a comienzos del nuevo milenio con la contratación de Christopher Nolan para dirigir el comienzo de lo que será una de las mayores sorpresas cinematográficas de la historia. No, no estoy exagerando, ni los más esperanzados ejecutivos del casi centenario estudio ni los fans más recalcitrantes del hombre murciélago hubieran esperado dos entregas que pusieran a Batman en lo más alto del cine de superhéroes.
Batman Inicia: Renovando al mito del hombre murciélago
A lo largo del 2003 Chris Nolan y David S. Goyer comenzaron a delinear un nuevo enfoque sobre Batman basándose en diversos cómics para adaptar nuevamente a la gran pantalla al hombre murciélago. Es que Nolan no tiene un pelo de sonso y para no derrapar en su primera gran oportunidad (venía de dirigir sólo tres largometrajes donde se destaca la sobrevalorada Memento) se codeó con gente experta en ese ámbito como David S. Goyer para juntos intentar llevar adelante una versión que reivindicara, renovara y principalmente consiguiera un nuevo nacimiento para Batman y vaya que si lo logró.
Batman Inicia fue la encargada de abrir la trilogía que se cerrará en unas semanas con una salida que tuvo muy pocos reflectores apuntándole, pero con un reparto excelente encabezado de manera brillante por Christian Bale que siguió (salvo algunas excepciones como la de Katie Holmes) a lo largo de las tres entregas blindando con mucha experiencia y dedicación esta franquicia que marcó un quiebre en la última década cinéfila.
Nolan invierte en Batman Inicia casi toda la primera hora (por medio de continuos saltos en el tiempo) para que comprendamos el origen del hombre murciélago. Sus motivaciones, su valentía, sus deseos, sus miedos, sus odios, sus rencores y principalmente el desarrollo de ese camino que significa el anhelo de proteger y salvar a Ciudad Gótica del caos en que está inmersa. Bruce Wayne no había tenido semejante desarrollo del nacimiento de su psicología en el pasado, debido a que Tim Burton no se había metido de lleno en la juventud del heredero del imperio Wayne. Es por esto, y también por la decepción que habían significado las anteriores Batman, que Nolan comprendió que para generar y devolver la mística que supo tener este héroe en el pasado era necesario escuchar lo que Bruce Wayne tenía para contarnos y así empezar de cero y comenzar justamente por el principio, por narrar a la perfección el asesinato de sus padres y su posterior transformación en Batman. Incluso esta sabia elección dota a la franquicia de un peso dramático y un humor bastante mayor que en las dirigidas por el realizador de Sombras Tenebrosas.
Batman Inicia se encarga de hacer el trabajo sucio de la trilogía. Es la que abre puertas y ventanas para que luego sean ahondadas en profundidad en Batman: El Caballero de la Noche y seguramente también en Batman: El Caballero de la Noche Asciende, algo que en algunos momentos la perjudica en el ritmo narrativo. Quizás esa coherencia no parezca un dato importante, pero las adaptaciones de los héroes de Dc Comics no se han caracterizado por tener muchos vínculos (excepto por las Superman de Richard Donner) y el desastre que hicieron con Linterna Verde es una de las muestras de esta afirmación. También Batman Inicia nos enseña algunos atisbos de las relaciones de Bruce Wayne/Batman con los distintos personajes (Alfred, Fox, Rachel o Gordon) para luego desarrollarlas con mucha más profundidad en ambos integrantes en la segunda parte, demostrando una vez más el valor que tiene esta obra debutante para sentar los grandes cimientos de esta saga.
Las escenas de acción, algo muy importante en una película de este tipo, no logran destacarse debido a que Nolan no consigue filmarlas con soltura, utilizando demasiados planos para las secuencias de luchas y generando así por momentos bastante confusión.
Volviendo a las muestras de la citada coherencia es la ampulosa y potente musicalización a cargo de Hans Zimmer algo que se destaca incluso en los avances de la tercera parte. Aunque sin dudas lo que enaltece a estas Batman por encima del resto de las películas de superhéroes es el realismo que aportó Nolan a la franquicia y que de alguna manera encontró en la segunda entrega su punto máximo convirtiéndola prácticamente en un policial. Un gran ejemplo de esto es el diseño que posee el Batimovil, mucho más cercano a un tanque de guerra que al hermoso auto que poseía Batman en las entregas de Burton y Schumacher. Batman necesita para estas batallas un auto potente, robusto y armado hasta las ruedas y no un móvil que se caracterice por ser lindo y blindado. Es que Batman es un héroe que no posee poderes sobrenaturales, algo que lo acerca demasiado a nosotros y a la vez lo convierte en un apasionante mito, entonces es por esto que resulta mucho más interesante el enfoque equilibrado que realiza el director sobre este personaje. Quizás la estética de la Ciudad Gótica en Batman Inicia no se condice demasiado con ese “realismo” ya que está representada como una urbe más futurista y hasta incluso apocalíptica, que de alguna manera se queda a mitad de camino de ser una ciudad “real” a una ciudad con estética comic. Pero en Batman: El Caballero de la Noche Ciudad Gótica sufrirá un cambio drástico para mejor, al igual que las fallidas escenas de acción, aunque eso lo analizaremos en la segunda parte.
